Y empieza el concierto !
Aquí hay cosas que poco importan antes de subir al escenario, si hubo comida en el camerino, si hay presupuesto o no; aquí lo único que importa son las ganas de tocar y sobre todo el tiempo que uno dedica día y noche a este trabajo, que como cualquier otro merece respeto y admiración. ¿O acaso es que cualquier persona puede estudiar música, hacer buenas canciones y pararse en un escenario con las botas puestas a tocar ? Creo que no.
Después de terminar el show y hacer cálculos por encima, es notorio que el desfalco financiero nos tocó la puerta porque con los 300 mil pesos que le pagaron a la banda, no alcanza para toda la inversión antes mencionada. (léase primera parte).
Ya de vuelta en el bus y al momento de bajarse en el único punto que lo dejan a uno con todos los instrumentos, uno se pone a pensar en las palabras despectivas del curador de aquel festival: “ allá está la buseta de los músicos, los deja en un solo punto por que la gasolina cuesta” …y uno piensa a esa hora (11.30pm) ¿será que los instrumentos no cuestan ?
En fin, se acabó el dichoso concierto y a seguir saltando los huecos del difícil camino que implica esta labor. En este punto y después de pasar las duras y las maduras, es donde uno no entiende por qué casi todo el mundo piensa que con el hecho de hacer cinco acordes en la guitarra ya es todo un músico profesional; ¿acaso al de la farmacia se le dice doctor y usted se deja operar ahí mismo? ¿o es que usted le dejaría la construcción de la casa de sus sueños al amigo más conocido como “ruso” que de ingeniería y de cimientos antisísmicos poco? Creo que no.
Lo que veo con tristeza es que a esta industria se la tomaron los “rusos”, pero de la música; esos que no saben que es la Tónica y la Dominante y que posan para la foto haciendo este famoso símbolo del rock con su mano, esos que critican y critican, pero póngalos uno a tocar un blues y ayy Dios, esos que ponen música desde el ipod o el computador y ya dicen que están tocando.
! Amigo músico, el verdadero, el auténtico, el que estudió, ponga mucha atención ¡ Le cuento que estos falsos artistas de ciertos géneros tropicales y fiesteros abanderados con el slogan de rock’n roll y que camuflan su desafinada voz con autotune y con playback, nos están corriendo la butaca. Yo respeto nuestra música autóctona, nuestras raíces, pero como dicen por ahí “zapatero a tus zapatos” así que a el rock lo que es del rock, o si no que le pongan acordeón y este beat monótono del reggaeton a los discos de Hendrix y The Doors a ver cómo suenan, ¿fusión?.
No nos engañemos, a esta industria se la tiró el falso empaque, el artista que compra espacios en los medios y con algo de pena lo digo, a esta industria no la tiramos nosotros cuando empezamos a regalar nuestro trabajo, cuando empezamos a llamar a todo “promocional” regalando conciertos a cuanta emisora, revista, canal, evento y curador aparece con el cuento de siempre, “no hay plata”. Desde el trabajo más humilde hasta el más elegante cobra por sus servicios. Cobra el celador del edificio, cobra el mensajero, cobra el abogado, el profesor. ¿Dónde queda el músico, por qué no cobra, por qué se regala?
Volvemos a las cifras ¿cuánto cuesta grabar un disco, filmar un video, comprar ropa y contratar a un fotógrafo para la portada? Creo que muchos de ustedes lo saben; creo que también saben el sacrificio que toca hacer y lo caro que nos cuesta a todos el hecho de seguir regalando la música de esta forma. Abramos los ojos por favor, si esto continua, nos seguirán viendo como el músico de fogata, al que no le pagan, al que le sirven la comida de último en la fiesta y al que se sube en un avión y lo mandan pa donde? Pues pal puesto del músico, atrás.