lunes, 27 de septiembre de 2010

La triste realidad que se tiró la industria musical (Segunda parte)

Y empieza el concierto !

Aquí hay cosas que poco importan antes de subir al escenario, si hubo comida en el camerino, si hay presupuesto o no; aquí lo único que importa son las ganas de tocar y sobre todo el tiempo que uno dedica día y noche a este trabajo, que como cualquier otro merece respeto y admiración. ¿O acaso es que cualquier persona puede estudiar música, hacer buenas canciones y pararse en un escenario con las botas puestas a tocar ? Creo que no.

Después de terminar el show y hacer cálculos por encima, es notorio que el desfalco financiero nos tocó la puerta porque con los 300 mil pesos que le pagaron a la banda, no alcanza para toda la inversión antes mencionada. (léase primera parte).

Ya de vuelta en el bus y al momento de bajarse en el único punto que lo dejan a uno con todos los instrumentos, uno se pone a pensar en las palabras despectivas del curador de aquel festival: “ allá está la buseta de los músicos, los deja en un solo punto por que la gasolina cuesta” …y uno piensa a esa hora (11.30pm) ¿será que los instrumentos no cuestan ?

En fin, se acabó el dichoso concierto y a seguir saltando los huecos del difícil camino que implica esta labor. En este punto y después de pasar las duras y las maduras, es donde uno no entiende por qué casi todo el mundo piensa que con el hecho de hacer cinco acordes en la guitarra ya es todo un músico profesional; ¿acaso al de la farmacia se le dice doctor y usted se deja operar ahí mismo? ¿o es que usted le dejaría la construcción de la casa de sus sueños al amigo más conocido como “ruso” que de ingeniería y de cimientos antisísmicos poco? Creo que no.

Lo que veo con tristeza es que a esta industria se la tomaron los “rusos”, pero de la música; esos que no saben que es la Tónica y la Dominante y que posan para la foto haciendo este famoso símbolo del rock con su mano, esos que critican y critican, pero póngalos uno a tocar un blues y ayy Dios, esos que ponen música desde el ipod o el computador y ya dicen que están tocando.

! Amigo músico, el verdadero, el auténtico, el que estudió, ponga mucha atención ¡ Le cuento que estos falsos artistas de ciertos géneros tropicales y fiesteros abanderados con el slogan de rock’n roll y que camuflan su desafinada voz con autotune y con playback, nos están corriendo la butaca. Yo respeto nuestra música autóctona, nuestras raíces, pero como dicen por ahí “zapatero a tus zapatos” así que a el rock lo que es del rock, o si no que le pongan acordeón y este beat monótono del reggaeton a los discos de Hendrix y The Doors a ver cómo suenan, ¿fusión?.

No nos engañemos, a esta industria se la tiró el falso empaque, el artista que compra espacios en los medios y con algo de pena lo digo, a esta industria no la tiramos nosotros cuando empezamos a regalar nuestro trabajo, cuando empezamos a llamar a todo “promocional” regalando conciertos a cuanta emisora, revista, canal, evento y curador aparece con el cuento de siempre, “no hay plata”. Desde el trabajo más humilde hasta el más elegante cobra por sus servicios. Cobra el celador del edificio, cobra el mensajero, cobra el abogado, el profesor. ¿Dónde queda el músico, por qué no cobra, por qué se regala?

Volvemos a las cifras ¿cuánto cuesta grabar un disco, filmar un video, comprar ropa y contratar a un fotógrafo para la portada? Creo que muchos de ustedes lo saben; creo que también saben el sacrificio que toca hacer y lo caro que nos cuesta a todos el hecho de seguir regalando la música de esta forma. Abramos los ojos por favor, si esto continua, nos seguirán viendo como el músico de fogata, al que no le pagan, al que le sirven la comida de último en la fiesta y al que se sube en un avión y lo mandan pa donde? Pues pal puesto del músico, atrás.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La triste realidad que se tiró la industria musical (Primera Parte)

Photobucket

Desde que era un niño soñaba con tener mi avión propio y un estudio de grabación lleno de guitarras. En aquella época, tenía un pequeño televisor de 14 pulgadas donde literalmente babeaba cuando estos gigantes del rock, salían con sus chaquetas de cuero rompiendo instrumentos por todo el escenario. Sólo por eso, contra viento y marea, me metí a estudiar música.

Yo también pasé noches en vela cuando estudiaba los Corales de Bach, las Sonatas de Beethoven y las mil escalas en la guitarra todos los días. Pagué cifras exorbitantes en una universidad algo retrograda con sus métodos educativos, pero no me importaba porque yo seguía soñando con aquel avión privado, y montado en la frase que todos conocemos: “Sexo, drogas y Rock’n roll. Después de años de estudio y de pasar por varias bandas, algunas con más éxito y fama que otras, me vine a dar cuenta de la triste realidad que se tiró la industria musical.

Esta, es la primera parte de una historia que apenas voy a contar.

Preparándonos para el concierto

- Ensayos $120.000 – Cada ensayo por hora cuesta 15 mil pesos. Osea, que si usted tiene un concierto, mínimo debe ensayar unas 8 horas dos semanas antes del show.

- Taxis $60.000 – A no ser que uno tenga su carro propio, o un par de enanos que le carguen los instrumentos, toca gastar por lo menos 10 mil pesos en taxis por ensayo, y súmele también los del día del toque, porque fijo no hay presupuesto para una van (tenga en cuenta, que este taxi es individual a menos que vivan todos juntos)

- Cuerdas $20.000 – Si no se quiere cortar esos dedos, o que le queden llenos de oxido después de tocar, es bueno cambiarle de vez en cuando las cuerdas a nuestro bello instrumento.

- Ingeniero de Sonido $250.000 – Si después de sonar como un culo por que le pito el micrófono, o porque la voz no se escuchó, en serio preocúpese y contrate una persona de estas. Él ya conoce cómo suena la banda, no improvise con el tipo que pone música en el bar.

- Roadie - $150.000 – Si a usted es de los que le da pena llegar al sitio del concierto, afinar la guitarra frente a su público, y sobre todo evitarse esa berraca cargada de las cosas después del show cuando lo único que quiere es una cerveza con la nena que lo miró todo el concierto, en serio, de por Dios, lleve uno, o si puede dos.

- Camiseta nueva 60.000 – No me vengan a decir que alguno de ustedes nunca se compró la camiseta, o el pantalón pa estrenar en un concierto. No les creo.

- Guitarra, Bajo, Batería ,Pedalera Zoom 505, Teclados $4’300.000 – Tenga en cuenta que esta suma la hago con instrumentos comprados en alguna tienda de la séptima. Acá no hay Gibson, Fender, pedales custom y menos una Dw porque ni les hago cuentas…

- Músicos de la banda - ??????? no ganan, en serio; usualmente les toca pagar muchas veces de su bolsillo al ingeniero y al roadie.

Si hacemos una suma de todo esto, nos da por encima casi 5 millones de pesos, leyó bien, 5 millones y eso que no le sume lo que cuestan 10 semestres en una prestigiosa Universidad de Bogotá, ubicada cerca al Parque Nacional.

Pero bueno, volvamos a nuestra realidad. A uno siempre se lo quieren comer a cuento todos estos curadores, organizadores de grandes eventos y festivales, diciendo que hay que aprovechar el momento, que lo va a ver la abuela en Canal Capital, que va a salir su foto bien pequeña al final de una revista, y que por todo lo anterior, NO hay presupuesto por lo que sólo le van a pagar 300 mil pesos…Lo que más piedra da, es que uno con en esas ganas tan **^** de tocar, dice que sí, porque si dice que no, seguro hay otra banda que sí lo hace, y gratis.

Pero bueno, que hijuemadres montémonos pues en ese bus que huele maluco y que solo recoge a la banda en un solo punto; como todos unos rock star, vamos entrando a ese festival que supuestamente no tiene presupuesto para las bandas, pero sí tiene para pagarle a varias modelos que están a la entrada con pasabocas, promoción en radio y Tv va y viene, pagan la logística que por lo general se creen dueños del chuzo, y hasta le pagan a los que arman esos camerinos deplorables donde ni sillas hay. A uno eso no le importa mucho, porque mientras va rumbo al concierto se imagina esos camerinos llenos de comida, bebidas energizantes y mucho trago…pero no, aquí le llegan a uno con un sanduche espichado en una bandeja de icopor, un jugo, y una pequeña servilleta.

Lo más cómico y triste de todo esto, es que ni siquiera ha empezado el concierto.

Continuará…